
“No era que ganaba poco. El dinero simplemente no me duraba. Siempre había algo. Siempre había un imprevisto. Hasta que entendí que no eran mis ingresos, eran mis hábitos de gasto.”
Si sientes que no importa cuánto ganes, el dinero se va como agua, este artículo es para ti.
He pasado por ahí. Tener trabajo estable y aun así no llegar al final del mes. Ver que la cuenta se queda en cero antes de llegar a la quincena y pensar que la única solución es “ganar más”. Pero con el tiempo entendí que el dinero no se trata solo de ingresos, sino de decisiones. Hoy quiero hablarte de 3 hábitos silenciosos que matan tu presupuesto… y lo peor es que casi nadie los ve venir.
HÁBITO #1: Gastar para “sentirse bien” (aunque solo dure 10 minutos).
Pregunta real que me hice:
“¿Me merezco este gustico hoy? He trabajado tanto… ¿Por qué no darme un pequeño premio?”
Este es uno de los hábitos más sutiles y peligrosos. Después de un día estresante, agotador o emocionalmente difícil, buscamos una recompensa: un delivery, una compra en línea, una salida rápida. Visitar una plaza y entrar simplemente para mirar, pero termina llevándote algo y simplemente piensa: «Ay, es que trabajo tanto y no disfruto nada, ¿por qué no llevarme esta blusita?».
El problema no es el gustico en sí, es la frecuencia con la que se vuelve una válvula de escape. Eso que cuesta $7 aquí, $15 allá, $12 mañana… termina acumulando más de lo que imaginas. Y lo peor: nunca llena el vacío emocional que estás intentando tapar.
¿Qué hacer en lugar de eso?
Crea un “presupuesto emocional”: una modesta suma destinada a darte esos placeres sin culpa, pero con límite. También puedes hacer una lista de actividades que te reconforten sin gastar: caminar, escuchar música, llamar a alguien. buscar amigos para compartir
Esto fue lo que hice para vencer ese hábito: «Me uní a un club para correr donde todos se apoyan y, en lugar de mis deseos de ir todo el tiempo a tiendas a comprar cosas que ni siquiera usaba, mejor lo paso con amigos y planificando futuras carreras con conciencia».
HÁBITO #2: No saber cuánto gastas (vivir en piloto automático)

Pregunta real que se repite mucho:
“¿En qué se fue mi dinero este mes? Si yo casi no salí…”
Esta pregunta la escucho todo el tiempo en asesorías. Y la verdad es que, si no llevas un registro, no lo sabrás. Vivir sin revisar lo que gastas es como manejar con los ojos vendados: tarde o temprano chocas.
Muchas personas piensan que hacer un presupuesto es complicado, que solo es para contadores. Pero no lo es. Puedes comenzar anotando tus gastos en papel, una app o incluso usando un savings tracker o una hoja de cálculo básica.
Lo que me cambió la vida:
Dividir mis gastos por quincena y no por mes. Cobro quincenalmente, así que tiene mucho más sentido que mi dinero dure 15 días. Esa simple estrategia me permitió ver con claridad mis límites reales.
Además, el Banco de México (Banxico) ofrece una sección completa dedicada a la educación financiera, donde explica de forma clara cómo entender conceptos como el presupuesto, el ahorro y el consumo inteligente. Si quieres profundizar en cómo mejorar tu relación con el dinero y tomar mejores decisiones financieras, puedes visitar sus recursos oficiales aquí.
HÁBITO #3: No planificar compras “obvias” (como si el futuro no existiera).
Pregunta típica:
“¿Cómo voy a planificar si ni siquiera me alcanza ahora?”
Justamente porque no alcanza, hay que planificar. Uno de los errores que más cometemos es ignorar gastos que son fijos y sabemos que vienen, como es el seguro del carro, los útiles escolares de nuestros hijos, los cumpleaños, impuestos, mantenimiento, ropa nueva para los niños.
No son imprevistos. Son inevitables.
Pero si no los apartas mes a mes, si no lo planificas, te agarra el golpe en seco. Y ahí vienen las tarjetas de crédito, los préstamos de última hora, los intereses elevadísimos… y el ciclo de nunca acabar. Entonces cae en deudas elevadas con un prestamista del que es difícil salir.
Lo que puedes hacer desde hoy:
Crea un “fondo mensual de gastos previsibles”. No tiene que ser mucho: con U$10 o su equivalente a la semana ya comienzas a prepararte. También puedes aplicar el método del biweekly savings challenge, que consiste en ahorrar cada dos semanas de forma progresiva.
Además de controlar tus hábitos de gasto personales, es fundamental que, si tienes un negocio, evites errores contables que puedan poner en riesgo tu estabilidad financiera. Te recomiendo leer este artículo sobre cómo prevenir errores contables y proteger tu negocio en 2025, donde encontrarás consejos prácticos para mantener tus finanzas empresariales sanas y seguras.
¿Cómo saber si estás cayendo en estos hábitos de gasto?
Hazte estas preguntas esta semana:
- ¿Gasto dinero para sentirme mejor cuando tengo un día pésimo?
- ¿Sé exactamente cuánto gasté en la última quincena?
- ¿Hay facturas que siempre me toman “por sorpresa”?
- ¿Siento que estoy sobreviviendo financieramente en vez de planificar?
Si respondiste “sí” a dos o más… es hora de hacer ajustes. Y no estás sola.
Según la CONDUSEF, identificar y corregir malos hábitos de gasto es clave para mantener un presupuesto saludable. Puedes revisar sus guías y herramientas aquí.
Lo más importante: no te culpes, pero hazte responsable.
Este no es un texto para hacerte sentir mal. Es para ayudarte a ver lo que antes no veías. No es cuestión de suerte, es cuestión de estrategia. Y los buenos hábitos no se construyen en un día, pero sí se comienzan hoy.
Yo también pensé que el problema era el sueldo. Que no se podía hacer mucho. Que “así era la vida adulta”. Pero aprendí, a veces a la fuerza, que la libertad financiera empieza cuando dejas de ignorar tus decisiones.

¿Por dónde empiezo?
Te dejo tres acciones sencillas:
- Haz una lista de tus gastos diarios durante una semana. No te asustes. Solo observa.
- Divide tu presupuesto por quincena y crea un plan simple para cada una.
- Aparta $5 o $10 semanales para cubrir gastos previsibles o emergencias.
Si además de mejorar tus hábitos de gasto quieres evitar problemas financieros más serios en tu emprendimiento o negocio, te recomiendo leer este artículo sobre errores contables comunes en pequeños negocios, donde se explican los descuidos que pueden afectar tu estabilidad económica sin que lo notes.
Y si quieres acompañamiento, en Micromza estoy creando más recursos gratuitos para ti. Porque tener control de tu dinero no es solo posible, es urgente.